Las cataratas son un tipo de enfermedad ocular que generalmente es causada por el envejecimiento. Sin embargo, existen otros factores de riesgo que pueden provocar cataratas, como la diabetes, el tabaquismo y el uso de esteroides.
Los siguientes consejos pueden ayudarlo a prevenir las cataratas:
– Cuida tus ojos de los rayos ultravioleta solar: Procura usar lentes polarizados, con ultravioleta para protegerte de los rayos UVA y UVB. Estos rayos pueden provocar cataratas y los UVB también pueden causar degeneración macular.
– Ten precauciones si eres diabético: La diabetes es una enfermedad crónica que provoca niveles elevados de azúcar en la sangre. Es una de las principales causas de ceguera e insuficiencia renal.
Si eres diabético, controla tus niveles de azúcar en la sangre y contrólalo con medicamentos para prevenir las cataratas.
– Evita el hábito de fumar: El tabaquismo puede provocar problemas graves en los ojos que pueden causar pérdida de visión o ceguera (degeneración macular y cataratas).
Fumar hace que el cuerpo tenga más dificultades para recuperarse de daños porque libera radicales libres (cambios químicos que ocurren en una célula) y mientras más haya en el cuerpo más daño reciben las células, lo que conlleva a que aparezcan cataratas.
– Controle el estrés para ayudar a prevenir la acumulación de sustancias químicas tóxicas en su cuerpo: El cristalino del ojo se encuentra en un ambiente rico en fuentes endógenas de especies reactivas de oxígeno (ERO), que se producen por la elevada concentración del oxígeno local y la exposición crónica a la luz.
Existen distintas formas de defender el cristalino de los efectos tóxicos de la luz y el daño oxidativo, pero lo que es un hecho es que a largo plazo puede dañar el cristalino y causar el desarrollo de las cataratas.
Entonces debido a que las cataratas no siempre se pueden ver a simple vista, es recomendable revisar los ojos de manera regular. Si tienes 40 años en adelante es sumamente importante que te hagas exámenes oculares frecuentes con tu oftalmólogo. Si tienes entre 18 y 35 años y no tienes riesgos es recomendable hacértelos cada año.